domingo, 18 de noviembre de 2007

Despedida


Al tío Tolio, que “voló” a la tierra sin mal

Deshilachabas nieves
con tus manos cansadas
mientras tejías nostalgias
e historias reiteradas.
Filosofabas con Dios
y recitabas salmos
en el silencio amarillo
de tu otoñal placidez.
Quisiste volar con las uvas
una mañana de noviembre
y encaramado al parral
desplegaste las alas
-setentinas, gastadas-
partiendo a esa tierra
donde transitarás

sindolor
sinangustia
sinmemoria

para siempre.

© Jenny Wasiuk

miércoles, 17 de octubre de 2007

Instrucciones para beber un poema


Doble bien el papel,
-preferentemente manuscrito-
y colóquelo en el fondo de una taza.
Vierta sobre él sueños hirviendo
a los que habrá agregado
gotitas de rocío
y un poco de imaginación.
Deje reposar un rato
hasta que comiencen a flotar
algunas metáforas en forma de hilo flojo…
(Si es un poema de amor,
puede agregarle unas gotitas de limón
para no empalagarse;
si es de desamor,
endúlcelo para no agriarse.)
Cuando esté tibio
bébalo despacio,
pero de una sola vez.

Si siente un leve ardor en la garganta
es porque el poema
ha logrado su objetivo.

© Jenny Wasiuk

Condenada...


Condenada
a distancia perpetua de tu boca
sin recurso ni amparo,
me alego emoción violenta
y te beso
con algún poema
de vez en cuando.

© Jenny Wasiuk

Lluvia


Con el tiempo, he aprendido a guardarte bajo siete llaves en el sótano profundo de los recuerdos.
He aprendido a beber la luna, sin que tu piel se escurra entre la bruma.
He aprendido a saborear el vino en soledad, y a Cortázar, y a Neruda…
He aprendido a sobrevivir los fines de semana de asfalto y cemento, a las noches de pies fríos y al solitario mate amanecido.
He aprendido a no tener arco iris, a escarcharme la piel, a dormir sin tu boca.
He aprendido a no extrañarte, a no buscarte, a no llorarte.
Pero la lluvia…
Ah, la lluvia!!
Cuando la humedad invade salvajemente mis sentidos, bajo -inexorablemente- a las catacumbas de la memoria y te busco en la verde espesura, en los charcos espejados de silencio, en la brevedad selvática de las madrugadas.
Y siento la sal de tu cuerpo resbalando nuevamente por mis ríos.
Un tornado de sensaciones me vuela las ideas, se tensan las cuerdas y una vieja melodía se cuela por las grietas, aún abiertas, de mi coraza.
Nada impide que te reviva cada vez que llueve.
Nada...
Hasta no ver el arco iris, volvés a ser, en mi cuerpo, la otra piel.

© Jenny Wasiuk

sábado, 22 de septiembre de 2007

Desnudez


He brotado desnuda
en el corazón rojo
de una tierra sin mal.

Transité sus arterias
en descalza
e inocente niñez
ausente de memorias,
hasta el límite
de la ingenuidad
donde tuve que vestirme
-irremediablemente-
con máscaras de silencio
de obediencia
de miedo
de culpa
de madre responsable

Desde entonces
comencé a morir
sin sombra ni rumbo
desandando la esperanza
perdida
asfixiada
invisible…

Hasta que un día
volví a desnudarme
en poesía…

© Jenny Wasiuk

Desprendimiento


Esta mañana
mis besos amanecieron vestidos
y la penumbra de desvistió de tu perfume
dejando pasar el sol.

Esta mañana supe que debía dejarte ir…
Sólo abrí la ventana
y salieron en bandada tus recuerdos
guardados celosamente
debajo de la almohada.

Ahora sólo me queda
volver a vestirme de mí
y salir a enfrentar el mundo
desnuda de vos.

© Jenny Wasiuk

lunes, 17 de septiembre de 2007

Voy...


Y así voy
tropezando por la vida
Alimentándome con poemas de otros
o vomitando algunos versos
de vez en cuando
Empañando mis ojos
con humo de cigarrillos
o de civilización
Bañándome con rocío
o con las aguas contaminadas del río
Respirando los jardines
o cloacas a cielo abierto
Transpirando por dinero
o por el calentamiento global

En esta ausencia de oxígeno,
en este ocaso de paz
frente a esta pantalla radiactiva
sólo me pregunto:
cuál de ellos me matará primero?

© Jenny Wasiuk

Carita sucia


Carita sucia...
manitos heladas
tacuarita el cuerpo,
barriguita hinchada
tus descalzos pies
pisan la calzada
corriendo entre autos
que el semáforo para.

Carita sucia...
manitos heladas
no tienes la culpa
y sin embargo cargas
con tantas angustias
de vidas pasadas
el hambre de muchos
hoy pesa en tu alma.

Carita sucia...
manitos heladas
no pudiste escapar
a la suerte echada
las ruedas del mundo
arrollaron tus sueños
derramaron tu sangre,
quebraron tus huesos.

Carita sucia...
manitos heladas
te lloran chivatos
con sus rojas lágrimas
te llora la esquina,
te lloran mis ojos
te piden perdón
por tantos despojos.

Carita de luna...
manitos de hada
hoy vuelas cual ángel,
no hay frío en tu alma
ya no tienes hambre
ni te falta almohada
ya no tienes prisa
ni el semáforo llama...

© Jenny Wasiuk