domingo, 15 de marzo de 2009

Ultima voluntad



¡Bienaventurados, bienaventurados los dignificados por la dignidad glacial de la muerte, los invulnerables ya por los hados, una y misma coda ya con el Dios fuerte! Amado Nervo



Si me voy un día
-que seguro me iré-
no te apenes, acepta mi partida...
Despídeme como al arroyo
que pasa cantando frente a tus ojos
y vuelve siempre
convertido en lluvia
para acompañarte
en la alegría de estar vivo...
Recuerda siempre
que todo lo hice
cuando y como quise,
hilvané mi camino
con retazos y matices
vistiéndome de primavera
lloviéndome en cada tropiezo
acunando las ternuras
encogiéndome con el dolor
ardiendo con la injusticia
trenzándome con las penas
disparando mis verdades
ignorando las censuras
eligiendo las ausencias
endulzándome en tu boca
bailando con mis sueños
amamantando nueva vida
renovándome con el silencio
desnudándome en cada verso...
Si me voy un día
como semilla que lleva el viento
germinaré en tu corazón
para vivir en tus recuerdos...
Déjame dormir
como duerme la oruga
que espera la primavera
para convertirse en mariposa.
Déjame marchar
hacia la meta final
sabiendo que algún día
allí me encontrarás.
Si me voy un día
simplemente
despídeme con una sonrisa
no me retengas con tu dolor
y déjame volar hacia el sol

© Jenny Wasiuk