miércoles, 17 de octubre de 2007

Instrucciones para beber un poema


Doble bien el papel,
-preferentemente manuscrito-
y colóquelo en el fondo de una taza.
Vierta sobre él sueños hirviendo
a los que habrá agregado
gotitas de rocío
y un poco de imaginación.
Deje reposar un rato
hasta que comiencen a flotar
algunas metáforas en forma de hilo flojo…
(Si es un poema de amor,
puede agregarle unas gotitas de limón
para no empalagarse;
si es de desamor,
endúlcelo para no agriarse.)
Cuando esté tibio
bébalo despacio,
pero de una sola vez.

Si siente un leve ardor en la garganta
es porque el poema
ha logrado su objetivo.

© Jenny Wasiuk

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué bueno, Jenny, justo, al punto, y sin vueltas! Excelente receta para una extraña y siempre distinta tarea.

Anónimo dijo...

Conocí esa receta, la primera vez que fui al grupo, desde entonces vuelvo al lugar una y otra vez, a beber poesía... no importa que no haya rimas o la metáfora sea esquiva, pero es un placer que me da la vida... Rox

Anónimo dijo...

anonimo re:
Perfecta receta.