martes, 23 de septiembre de 2008

Libertad


A Rulo, que estrena alas

Estuvieron juntos desde el principio. Inseparables. Incondicionales.
Compartieron alegrías y tristezas. Amores y desamores.
Fueron y vinieron por la vida haciendo lo que se les vino en gana, disfrutando cada instante o padeciéndolo, siempre con intensidad… con desenfado.
Estudiaron, aprendieron, crecieron y se hicieron notar en una sociedad distraída y desinteresada.
Dejaron una huella imborrable en muchos corazones.
Pero un día… un nefasto día… el cuerpo se cansó de obedecer a la mente... y desde entonces comenzó a alejarse cada vez más.
Primero la acompañaba de mala gana, quejoso y dolorido, hasta que al final ya no se movió más.
Se convirtió en su cárcel. La aprisionó en un cuarto de dos por dos. En un cráneo que a veces sentía que iba a estallar.
Por eso decidió partir….
Porque la vida ya no era vida y la muerte sólo liberación.
Hoy, su mente vaga libre entre quienes lo amaron, y el cuerpo… alimenta las raíces amargas de un viejo lapacho.

© Jenny Wasiuk

2 comentarios:

Anónimo dijo...

anonimo re:


MUY BUENO,BUENO,BUENO REAL.

Anónimo dijo...
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