Una resuelta luna llena de abril descorcha aquella vieja nostalgia
mía largamente añejada en las bodegas del pasado. Se planta frente a mis vacilaciones
y llena una gran copa.
Miro temerosa el efervescente contenido. En cada minúscula
burbuja se repite, narcóticamente, la imagen de un hombre pequeño con un
corazón pequeño sosteniendo en su mano pequeña la llave grande de la casa
grande donde mi amor grande lo albergara incondicional. Detrás suyo un sendero zigzagueante
con las huellas de mis sueños rotos que poco a poco fueron alejándose hasta
perderse en el horizonte.
El tiempo pasa y las pequeñas esferas se desvanecen.
La nostalgia se evapora, dejando botella y copa vacías.
La luna se aleja satisfecha.
La bodega bloquea sus puertas.
Y una mejor versión de mí, ya sin lastres, levanta vuelo en este
infinito cielo otoñal.
©Jenny Wasiuk
Foto: gentileza Laura Kachorroski